Un empresario holandés cuyo objetivo es fertilizar y eventualmente crear humanos en un ambiente de gravedad parcial ha dicho que una colonia humana extraterrestre no sería viable sin reproducirse en el espacio.

Si queremos tener una colonia humana verdaderamente independiente (…) fuera de la Tierra, tenemos que resolver el problema de la reproducción, considera Egbert Edelbruck, director de la empresa pionera Spaceborn United.

La humanidad debería convertirse en una especie multiplanetaria, afirmó el empresario a la AFP.

Estaba seguro de que viviría para ver el nacimiento de un ser humano nacido en el espacio.

Dadas las dificultades de tener relaciones sexuales en el espacio, como la separación de parejas debido a la falta de gravedad, Spaceborn United explora primero el concepto de embriones.

Por razones éticas, la empresa primero intentará criar ratones antes de considerar enviar esperma y óvulos humanos lejos de la Tierra.

Para ello, se creó un disco para mezclar estas células.

Akil Shamsul, director ejecutivo de Frontier Space Technologies, con sede en el Reino Unido, que colabora con Spaceborn en el proyecto, lo resume como una estación espacial para células.

Los embriones se congelan criogénicamente para detener el desarrollo y garantizar un retorno seguro en condiciones difíciles, shock y gravedad.

Prevén lanzarlo con células de ratón a finales de 2024.

Habrá que esperar al menos entre cinco y seis años para el primer lanzamiento destinado a producir embriones humanos, explica Edelbrook.

Pero éste será un pequeño primer paso.

Este sería un gran paso ético antes de que tales embriones pudieran ser trasplantados nuevamente a humanos y los primeros bebés nacidos en el espacio.

Este es un tema delicado.

En última instancia, reconoce Edelbruck, estamos exponiendo células humanas vulnerables, embriones, a amenazas cósmicas no deseadas.

La sensibilidad de estos factores es una de las razones por las que la investigación sobre reproducción espacial generalmente se deja en manos de empresas privadas y no de la NASA, añadió.

Edelbrook, que cree que su empresa es la única que intenta cultivar embriones humanos en el espacio, espera que algún día los humanos puedan nacer de forma natural en el espacio, pero admite que queda un largo camino por recorrer.

Los fluidos corporales empujados hacia abajo por la gravedad de la Tierra se elevan a un ambiente de baja gravedad, causando varios problemas.

Si el cuerpo adulto puede superar cualquier diferencia, el feto en crecimiento es vulnerable.

Por eso, afirma, es necesario crear primero un entorno ideal.

La evolución actual del turismo espacial es otro factor a considerar.

Algunos de estos nuevos viajeros podrían ser los primeros en intentar vivir en el espacio, afirmó el empresario advirtiendo de los riesgos.

La investigación de Spaceborn para replicar el proceso de fertilización in vitro en el espacio podría ayudar a las personas a quedar embarazadas en la Tierra, señala Edelbrook.

Cuando comenzó su aventura estaba seguro de que en unos años nacería un niño en el espacio.

Pero la magnitud del desafío lo obligó a ajustar sus ambiciones.

El hombre de 48 años dijo que espera vivir al menos 100 años.

Por eso nos lleva décadas conseguirlo.