EL SUFRIDO PASADO DE LIBIA

por | Ago 25, 2023 | Columnistas | 0 Comentarios

Comparte esta nota

Por: Ing. Fernando Padilla Farfán

Durante la tiranía de los Gadafi, con el hambre a cuestas y los derechos libertarios deteriorados, hombres y mujeres de Libia eran espectadores obligados a observar sucesos o eventos que les partían el alma.

¿Ejemplos? Uno tras otro.

En enero de 2009, los medios de comunicación occidentales informaron que El Seif-Gadafi, hijo del líder libio coronel Muammar al Gadafi, pagó a Mariah Carey un millón de dólares por cuatro canciones en una fiesta en el Caribe, en la isla de St. Barts.

Famoso por sus fiestas y lujosos yates, Seif al-Islam, derrochó miles de millones de Dólares en banalidades que durante años lastimaron la economía de todo el pueblo.

Seif, con formación académica en afamadas universidades de Estados Unidos, gustaba dar al mundo y al oprimido pueblo de Libia, la imagen de hombre culto y amante de los mejores espectáculos del arte.

Muammar, el hijo predilecto, competía con el hermano en sus pretensiones por la cultura y el arte.

Por ejemplo, entre personajes famosos hacían notar su presencia en los estrenos que daban lugar en la famosa casa de la ópera La Scala de Milán, en Italia.

Sin embargo, como si gastar fuera una verdadera justa financiera, cuando había oportunidad, Seif acusaba a su hermano Muatassim, asesor de seguridad nacional, de ser realmente el gran gastador.

Incluso, en el periódico que controlaba Seif, informó que Muatassim había pedido 1.2 billones (millones de millones) de Dólares, al presidente de la corporación petrolera de Libia, para formar su propia milicia y que manejaría con otro hermano, Khamis, comandante de un grupo de fuerzas especiales, con el propósito de crear un ambiente de protección al régimen del clan Gadafi.

La información que en su momento ofreció WikiLeaks, era una vívida descripción del derroche, el nepotismo rampante y amargas rivalidades. Los cables de alguna manera ya anticipaban el devenir de una sangrienta lucha emanada del pueblo libio, cansado de las tropelías de los Gadafi.

A pesar del control de los medios de comunicación que pretendió establecer el coronel Gadafi, fue inevitable la difusión de los destellos de las payasadas del clan en los últimos años, que fomentaron la ira pública ahora totalmente desbordada.

En mucho contribuyeron al caos las tensiones entre los hermanos por la clara competencia por la posición ante el envejecimiento de su padre, cuasi dueño del país africano rico en petróleo.

Toda la familia, inclusive amigos cercanos, estaban en las nóminas de las grandes empresas petroleras y sus filiales.

Sus escandalosas juergas eran amenizadas por cantantes pop  como Beyoncé y Usher.

Otro hermano, Aníbal, había huido de Londres tras ser acusado de abusar físicamente de su esposa, Aline, quien después fue obligada a decir que la eventual desaparición de su violento marido obedecía a un fuerte accidente.

Voluptuosas rubias, bailes de flamenco, carreras de caballos, fiestas y más fiestas; y todo ese mundo de placer de los Gadafi, interrumpido por los ríos y más ríos pero de sangre, de gente saciada pero de ellos.


Comparte esta nota

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *