México correcto, no corrupto

por | Sep 5, 2023 | Columnistas

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Por: Ricardo Peralta Saucedo

Más allá de un deseo o anhelo, hay condiciones políticas que se deben valorar y reconocer cuando las cualidades y los elementos éticos, conductuales y de viabilidad son útiles y vitales.

“Divide y vencerás”, sabia frase atribuida a Julio César, que es la retórica contraria a los movimientos separatistas que, con sus distintos orígenes históricos, han causado las peores tragedias humanas, donde familias, amigos, identidades y culturas, por una finalidad ideológica o política o por resultado de una guerra, sufren la distancia obligatoria por fines egoístas y perversos. El separatismo catalán y el ahora vasco-navarro es un ejemplo de cómo se busca desintegrar la unidad española.

La fuente de toda armonía y cooperación es la unidad: la familiar como esencia de la sociedad; la ideológica y de credo; la unidad y alianzas económicas, y, por supuesto, la unidad política.

Esta unidad nos permite ser el país que somos, con garantías constitucionales procedentes de una revolución con representaciones populares como el Congreso de la Unión.

Así, la conformación de movimientos sociales puede mantener la consolidación cuando existen liderazgos fuertes que garantizan la lucha de omnium contra omnes (todos contra todos). El movimiento construido por generaciones más representativo de la izquierda mexicana alcanzó un anhelo institucional que parecía imposible, ganar la Presidencia de México, una hazaña histórica, inédita, donde, con poco más de 30 millones de votos, Andrés Manuel López Obrador coloca unos sólidos cimientos para que esté anhelado cambio del sistema político mexicano transforme el orden político, económico y social, y el rumbo de nuestro país.

México mantiene viva la esperanza, tiene la memoria fresca del derroche, la omisión, la complicidad y el enriquecimiento incalculable por más de 80 años de funcionarios de gobierno emanados del PRI y del PAN, que hoy se confabulan en unidad para arrebatar el poder público. Se organizaron, apostaron y creen tener en la figura de Xóchitl Gálvez a un producto político, creado con artificios y lenguajes poco estructurados, coloquiales, pero al fin parte de lo mismo que se repudió en el pasado.

El proceso de sucesión anticipado es el inicio de poner a prueba a los distintos alfiles que en un principio con cargo público tuvieron a su disposición la estructura institucional y lícita para promover sus resultados en el cumplimiento de sus funciones. Desde hace poco, más de 70 días con “piso parejo” comenzaron a mostrar públicamente quiénes realmente eran, más allá del respaldo gubernamental oficial.

Adán Augusto López Hernández es un imán político que ha venido uniendo a los más importantes liderazgos nacionales, sindicales, de la educación, ferrocarrileros, mineros, electricistas, de universitarios, a líderes ganaderos, campesinos, colegios de profesionistas, colegios de notarios, cámaras empresariales e industriales, agrupaciones políticas nacionales, líderes sociales y miles de ciudadanos que en estos casi 200 recorridos, a nivel nacional, como una revelación, se han sumado con el factor más importante de cualquier sociedad: la unidad.

La oposición y los adversarios fácticos, las elites de los medios de comunicación y los portadores de la agenda internacional verían como una gran oportunidad política la desintegración del Movimiento de Regeneración Nacional, por ello apuestan a personajes promovidos por ellos mismos con encuestas cuchareadas, que no son gratis evidentemente, con primeras planas y alfombra roja en los noticieros que más han ofendido al presidente López Obrador, precisamente por la conveniencia en su agenda de que se desfonde el movimiento, donde se enfrenten los fundadores, militantes y simpatizantes, siendo estos últimos la enorme mayoría que define, con esa ecuación, además de sus méritos como político profesional, temple, energía y enorme oficio político, Adán Augusto López Hernández se convierte en el único contendiente que garantiza esa unidad vital, por ello la lógica de ser también, como el Presidente, objeto de campañas mediáticas orquestadas por operadores identificados con la derecha, infiltrados en los equipos de los aspirantes, así como en el cuarto de guerra opositor. Adán Augusto López Hernández, entre las diversas valoraciones que se tendrán, y no una simple encuesta, reúne las calificaciones más altas para una silla que tiene un calibre tan alto como el del presidente López Obrador.


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